HOY les traemos el capítulo 11 de "Una nueva vida", la novela del FansClub. En este capítulo, Vale y Simón experimentan el viaje de ida a la isla griega, donde allí pasaran una semana de puro amor y diversión.
¡Ya falta poco! ¡A no desesperarse! Falta un capítulo para lo que todos estamos esperando, para ese momento tan especial que nos llenará el alma, porque a veces es "tiempo de amar".
Esperamos que disfruten el capítulo de "el viaje", donde se describe de una forma única y divertida, que derocha amor.
CLICK EN LEER MÁS PARA LEER EL 11º CAPÍTULO.
CAPÍTULO 11: El viaje
Encontré a Mar, sentada dentro de una de las duchas, llorando.
- ¿Mar qué te pasa? Perdonános, no fue a propósito, enserio.
- Vale, no es por el viaje.
- ¿Y entonces? – Ella me miró por unos segundos, no estaba segura de contarme – Dale Mar, podés confiar en mí.
- Ay Vale es que, no sé, como que siento que siempre estoy sola, no hay chico para mí, y si lo hay, no me trata como debería, mirá Simón, estuvimos un mes juntos y jamás se le cruzó por la cabeza llevarme a algún lugar, como a vos. ¿Entendés lo que te digo?
- Si, pero Mar, haber, todo llega a su tiempo, ya vas a ver que vas a encontrar a alguien, tarde o temprano, pero siempre llega, además no te olvides que sos MAR, la chica top del NE.
- ¿Sabes qué? Tenés razón, no me voy a pasar la vida sola y deprimida, voy a salir a ser feliz y si un chico llega, bien, y sino, no pasa nada, hay que seguir adelante. – Dijo saliendo de la ducha – gracias Vale, enserio – me abrazó y se fue.
Ya habíamos armado las valijas, y a la mañana siguiente, no pude evitar levantarme temprano de lo ansiosa que estaba. Me bañé y fui a la habitación de los chicos, a despertar a Simón. Estaba tapado hasta la cintura, boca abajo, así que me acosté al lado de él, y dibujé un camino de besos en su espalda. Noté que se movió, ya se había despertado. Se volteó para verme y tomándolo de las mejillas, lo besé tiernamente.
- Hola mi amor, ¿qué haces levantada tan temprano?
- Hoy es el gran día, no pude esperar más.
- Entonces te acompaño a esperar – se levantó de la cama, se puso unos pantalones, ya que estaba en boxer pero con una remera escote “V”, y se fue a bañar y a cambiarse. Quedamos en que nos juntábamos en el comedor para desayunar. Y así lo hicimos.
Ya casi era mediodía, así que nos despedimos de nuestros respectivos compañeros de habitación, que también eran nuestros amigos, y partimos hacia el portón del NE, donde allí nos esperaba una camioneta negra al lado de Teo y de Luz, a los cuales saludamos. Luz nos dio muchas indicaciones y nos advirtió de muchas cosas. Luego Simón guardó nuestro equipaje en el baúl y nos metimos en la camioneta, yo apoyé mi cabeza en su hombro, para estar más cómoda durante el trayecto hacia el aeropuerto.
Una vez allí, Simón hizo todos los trámites y en cuestión de minutos ya estábamos dentro del avión, esperando a que éste levantara vuelo. Cuando nos sentamos, mi amado puso una cara que no me gustó ni un poco.
- ¿Mi amor estás bien?
- Sí, es que me tenso un poco cuando estoy en un avión sin hacer nada en especial, porque me pongo a pensar cosas feas que nos pueden pasar en el avión, no es nada, está bien.
- Bueno entonces hagamos algo. ¿Vamos al baño? – le dije pícara, tratando de hacer un chiste que se lo tomó enserio.
- ¿Acá? No, es muy arriesgado. Además, tenemos toda una semana, nos sobra el tiempo.
- Ya sé tonto, era un chiste nada más. ¿Pero ves cómo te hago pensar en otra cosa?
- Tenés razón, te amo mucho, sabélo.
- Yo también – nos besamos y luego me acosté en su pecho, como me gustaba hacer.
Minutos más tarde, el avión despegó y comenzamos nuestro viaje hacia Grecia, donde pasaríamos nuestras vacaciones, va, sus vacaciones.
Durante toda la tarde nos la pasamos comiendo muchos chocolates, tomando café, jugando videojuegos, viendo películas, sólo para matar el tiempo. A la noche, comimos la cena de primera calidad que nos sirvieron, para después sacarnos muchas fotos, los dos juntos. Durante toda la semana me iba a disponer a sacar muchas fotos, quería recordar estos días que serían inolvidables para mí, y para él también. Tomamos imágenes muy bonitas, algunas con caras raras, otras serias, y muchas en las que aparecíamos besándonos. Pero hay una que me encantó, parecíamos recién levantados de la siesta, yo con mi capucha puesta, los dos con cara seria, con nuestras cabezas juntas. Luego de una sesión de fotos muy placentera, nos dormimos, yo arriba de él, como de costumbre.
El sol entró por las ventanitas del avión y nos despertó, posándose sobre nuestras caras. Estábamos a 10 minutos de llegar a destino, no lo podía creer, durmiendo se te pasa más rápido la espera.
Cuando aterrizamos, fuimos casi los primeros en bajar, recogimos nuestro equipaje y nos subimos a un taxi que nos estaba esperando, mi novio ya lo había reservado desde Argentina. Hacía mucho calor, debido a que estábamos en el hemisferio Norte. Dentro del auto, se me ocurrió preguntar.
- ¿Me imagino que vamos al puerto no?
- ¿A vos qué te parece? - Me dijo con una gran sonrisa y mirando por la ventana, señalándomela. Nos estábamos acercando al mar.
Llegamos al puerto, donde había miles y miles de grandes y pequeñas embarcaciones en la costa.
- ¿Simón, cuál es la nuestra?
- Vos caminá y detenéte cuando la veas, te vas a dar cuenta.
Caminé con mi pequeña mochila en los hombros, ya que mi novio se ofreció a llevar todas las valijas. Había muchos tipos de barcos, lanchas, veleros, no sabía cuál era, hasta que me pareció encontrarlo. Era un velero común, color blanco, pero en la cubierta trasera tenía pintado un corazón, mitad con la bandera de Francia y la otra mitad con la de Argentina. Le sonreí y se la señalé.
- Muy bien, ¿viste que no era tan difícil? – dejó las valijas en el suelo y me tomó de la cintura para besarme.
Luego el hombre que conducía la pequeña embarcación le ayudó a Simón a subir las valijas, mientras yo me acomodaba en uno de los asientos. Minutos más tarde, mi novio se sentó detrás de mí y me rodeó con sus fuertes brazos, sentándonos de costado, mirando el agua que se movía, porque habíamos comenzado a navegar.
Luego de una hora, nos cambiamos en el diminuto pero hermoso baño del velero, nos pusimos ropa cómoda, bien de playa.
Dos horas más tarde, llegamos a nuestra querida isla privada, titulada “Poli”. Era demasiado acogedora, tenía una casa de un piso, color naranja, con detalles en madera. La casa estaba rodeada por una pequeña pero frondosa “mini” selva, que incluía palmeras y plantas con hojas muy verdes. A su vez, ésta selva estaba rodeada por un círculo de arena, la playa, la cual ocupada unos
Simón me alzó para ayudarme a salir de la embarcación. Luego sacó las valijas, le pagó al señor y este desapareció junto a su pequeño velero. Subimos por el pequeño camino de madera que subía unos metros y que te llevaba desde la arena hasta la puerta de la casa. Simón entró a dejar el equipaje y yo me quedé afuera, en el mirador, donde contemplé con mucha paz el lugar, la arena, el mar. Luego sentí cómo él se me apoyaba detrás y me atrapaba con sus fuertes brazos, dándome besos en el cuello. Y en esa posición nos quedamos varios minutos, contemplando el atardecer y pensando en la maravillosa semana que nos quedaba por delante.
2 Pablochis comentaron:
MÁÁÁÁÁS TIERNOS!!!!!! LA SEMANA QUE VAN A PASAR!
Me gusta mucho la nove, y ya quiero el próximo cap! :D
Haaaaay que lindo me lo imaginé todo y me encantó demaciado demaciado, es hermosa la nove Franco te felicito!..
Publicar un comentario