En el capítulo de hoy, mientras Simón y Vale se hallaban en el bosque volviendo al "nuevo Mandalay", alguien le dispara un dardo al morocho, el cual no le da importancia y siguen su camino. Una vez llegados a destino, Vale le entrega la carta a Alai. Luego de la cena, Simón pretende tener intimidad con Vale, pero de repente él comienza a temblar, a transpirar, a tener fiebre, y cae al piso. Preocupada, Vale lo intenta hacer reaccionar en vano, y con la ayuda de Thiago y Mar lo trasladan a la habitación. Simón se encuentra en un estado muy delicado, y cuando Kant llega, lo estabiliza. Éste les explica a los demás que lo que tiene es un químico que ataca los nervios cerebrales con el objetivo de cambiar su ideología. El doctor les advierte que mientras él busca un antídoto, deben mantenerlo inconciente, ya que activo quizás sería una amenaza.
Esperamos que les guste y que nos dejen su opinión en un comentario.
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CAPÍTULO 60: El químico “NE” (1º Parte)
Tratando de olvidar aquel hecho desafortunado que nos acababa de ocurrir, seguimos nuestro camino hacia el “nuevo Mandalay”.
Dimos unos pasos más y Simón efectuó un quejido, e inmediatamente se tocó la nuca, con cara de dolor:
- Mi amor, ¿Qué te pasó? – le pregunté preocupada. Él se quitó del cuello y puso en su mano para que lo veamos los dos lo que parecía un dardo, pero éste era casi del tamaño de un sacapuntas. - ¿Qué es eso? – Simón miró para todos lados.
- No sé, pero vámonos de acá ya.
- ¿Pero estás bien? ¿Te duele? Eso no fue casualidad, Kant te tiene que revisar.
- Estoy bien Vale, vamos, mientras más rápido lleguemos mejor vamos a estar.
Caminamos a una velocidad más acelerada durante unos cuántos minutos más hasta que por fin llegamos a destino. Como si supiese que teníamos que hablar con ella, Alai se hallaba cerca de la puerta de entrada.
- Alai, esto es para vos – le dije, dándole aquel sobre marrón.
- ¿Quién me lo manda? – preguntó mirando cada extremidad del sobre.
- Luz, nos la encontramos en el bosque y dijo que te la diéramos – se anticipó a contestarle mi esposo.
- La voy a leer sólo de compromiso, gracias – dijo para luego irse caminando mientras la abría en el trayecto.
Simón y yo nos juntamos en el comedor para cenar con los demás. Comimos unas ricas pizzas de diversos sabores cocinadas por Mar, Jazmín y Jhonny. De verdad, estaban exquisitas. Me resultó muy divertido darle de comer a Simón en la boca, aunque esté mal jugar con la comida.
Una vez que todos terminaron de comer, mientras levantaban los platos, Simón se fue para el hall de los pasillos, y desde el arco del comedor me hizo una seña para que fuera con él, una seña muy cautivadora hecha con sus dedos. Le devolví la sonrisa y me paré para ir a donde él estaba.
Cuando llegué no estaba, y asustándome, salió de detrás de una columna para tomarme de la cintura y apoyarme sobre ella.
- ¿Estás juguetón hoy no? – le dije pícara – Y estás caliente, ¿No tenés fiebre? – le manifesté al tocar sus mejillas, con un tono más preocupado.
- Estoy perfecto, va, sí tengo algo. – me dijo bajo una lluvia de besos.
- ¿Qué? – le pregunté poniendo dos dedos en su boca para que parara.
- Tengo mucho amor para dar – me dijo antes de brindarme la más perfecta de las sonrisas- ¿Y sabés qué más?
- ¿Qué? – le dije ahora siguiendo su juego.
- Mucha pasión, y me parece que a nosotros nos quedó algo pendiente del otro día
- Sí, estás en lo cierto, pero… - me interrumpí al ver que la expresión de su rostro había cambiado rotundamente. Había comenzado a temblar, y su frente estaba transpirada. - ¿Mi amor qué te pasa? – le pregunté ya con un miedo que subía por mi espalda. No me contestó, y en vez de eso, cayó al piso sentado, apoyando la espalda contra la columna. - ¿Mi amor qué pasa? ¡Habláme! – le dije histérica, ya con un tono más elevado. Su piel ahora estaba fría por el sudor, y él no dejaba de temblar. Sus ojos por momentos se ponían blancos, y además había comenzado a llorar.
- ¿Qué son esos gritos? – dijo Thiago cuando llegó al pasillo junto con Mar.
- ¡Thiago ayudáme! ¡No sé qué le pasa! – le dije muy asustada, y ellos corrieron hacia donde Simón y yo estábamos.
Los tres lo tomamos como pudimos y lo llevamos a su habitación para ponerlo sobre su cama. Thiago le dio su celular a Mar y le ordenó que llamara a Kant mientras él y yo desvestíamos a Simón. Cuando lo logramos dejar en boxer, abrimos las sábanas y lo metimos adentro, tapándolo hasta el cuello.
- Dijo Kant que ya está en camino – nos informó Mar.
Simón comenzó a realizar movimientos bruscos en la cama, mientras el volumen de su llanto aumentaba más y más. Thiago y yo lo tomamos por la cabeza y el torso, intentando que se quedara quieto. Mar observaba todo horrorizada desde el hombro de Thiago.
- ¡Sueltenme! ¡Basta! ¡No me toquen! – gritaba Simón, llorando, dando manotazos al aire para alejarnos aunque ni siquiera sabía que éramos nosotros ya que siempre tuvo los ojos cerrados desde que entramos en la habitación. Sin embargo no lo soltamos, yo le intentaba acariciar las mejillas, pero él comenzó a apretarse la cabeza con fuerza, sin dejar de moverse.
Como bendición de dios, la puerta se abrió y Kant entró al lugar.
- ¿Qué le pasó? – preguntó sorprendido al verlo.
- No sé, estábamos parados en el pasillo y de la nada empezó a subirle la temperatura, a transpirar, a temblar y después se cayó al piso, y cuando lo acostamos empezó a moverse así – le expliqué entre sollozos mientras el doctor cargaba una jeringa con un líquido transparente.
- Thiago juntá sus brazos con el cuerpo – le ordenó Kant, y éste lo hizo. El doctor, siempre conservando la calma, le inyectó aquella sustancia en uno de sus brazos, y de a poco Simón se fue calmando, su respiración se empezó a normalizar, dejó de moverse, hasta quedar como si estuviese dormido.
- Vale, vos seguramente estuviste todo el día con él, ¿no sabés si algo le pudo haber provocado esto? ¿Algo que tomó, que comió, un golpe, algo? – me preguntó como en un interrogatorio policial.
- No, no sé, no pasó nada raro. – Hice una pausa - Bueno, ahora que lo pienso, cuando estábamos en el bosque, de la nada una especie de dardo le dio a Simón en la nunca, pero según él, se sentía bien y dijo que no era nada, por eso no te fue a consultar, aunque yo le dije que sí lo hiciera – le expliqué tratando de no olvidar ningún detalle.
- ¿Tenés el dardo? – me preguntó, y yo asentí con la cabeza. Busqué el pantalón de Simón y lo saqué del bolsillo delantero. Se lo entregué al experto y éste lo examinó.
- No lo puedo creer – dijo con una expresión de sorprendido que jamás le había visto.
- ¿Qué? ¿Qué es eso? – le preguntó Mar.
- Cuando trabajaba para Luz, todos los científicos estábamos trabajando en un químico denominado “Nueva Era”. La idea era que este químico actuara sobre los nervios cerebrales para poner en sentido opuesto los sentimientos e ideas de las personas. Nunca lo pudimos terminar, pero parece que ahora ellos sí pudieron.
- No entiendo, ¿Qué es lo que hace? – le pregunté desconcertada.
- Supongamos que a vos te gusta estar al aire libre. Una vez que tenés el químico en tu sangre, éste ataca los nervios cerebrales y, por decirlo de alguna manera, te hace sentir todo lo contrario: desde ese momento vas a odiar la naturaleza y vas a amar los interiores. La función de este químico es cambiar en sentido contrario los sentimientos, gustos y pensamientos de la gente. Es una bomba de tiempo para alguien.
- ¿Y cómo se contrarresta el efecto? – preguntó Thiago, tomando la mano de Mar.
- No lo sé, ni siquiera había podido terminar el químico, pero supongo que con este poquito que quedó en el dardo, alguna solución voy a encontrar. – dijo guardando el dardo, procurando que no se derramara el poco contenido que quedaba – Voy inmediatamente a trabajar con este tema. Chicos, es importante que no lo dejen estar activo, puede ser muy peligroso que esté conciente mientras tenga el químico en su interior. Tiene que estar dormido hasta que encuentre el antídoto. En caso de que se llegara a despertar, que es muy probable dentro de unas horas, inyéctenle esto – dijo entregándole a Thiago un frasco con un líquido y una jeringa. Luego tomó su maletín y se retiró, dejándonos a los tres totalmente asustados, mirándonos entre nosotros con una expresión de total desconcierto.
6 Pablochis comentaron:
porque todo le pasa siempre a simon jaja!! pobre ,, noo no quiero q le pase nada o que deje de amar a vale o cosas asii !!
me gusto muchoo pero pobre simon y luz como siempre malditaa espero con ansias el prox cap un besoo y muy lindo el blog.
Pobre Simon todo le pasa!!! Seguro que lo que le inyectaron es lo mismo que le dieron a Vale y a Luca!Espero que no :) Màs nove :)
ay!!! no se valeee!!! siempre simon!!! pobree!!! ay!!! y sis sus sentimientos a vale cambian?!? noo!!! me mueroooo!!!!! igual muy bueno el cap!!!1
Increíble, pero suban capítulos más seguidosss!!!♥♥☻
Yo apoyo a ramy jajaja todo pero todo lo que a una persona normal no le pasa en esta nove le pasa a simon u.u Se merece un poco de buena vida y vale también porque siempre la pobre lo tiene que cuidar y pasa miedo! me encanta la nove
Cata pe =)
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