"Una Nueva Vida" CAP 62: El Plan

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HOY les traemos el capítulo 62 de "Una Nueva Vida", la novela de nuestro FansClub Oficial e Internacional de Pablochi "Pablochifans".
En el capítulo de hoy, Simón presiona a Thiago para detener de una vez por todas los ataques de Luz. Éste cuenta que tiene un plan en mente, pero que para ello tienen que lograr atraer a Luz. Vale recuerda la carta que la ex Jefa de Ministros le envió a Alai, y gracias a esta carta, resolvieron ese problema. Thiago reune a todos para informarles sobre el plan: éste consiste en activar la memoria emotiva de Luz para que vuelvan a su mente sus recuerdos y su verdadera vida y así cumplir la misión por la cual viajaron en el tiempo: lograr un futuro mejor.
Esperamos que les guste y que nos dejen su opinión en un comentario.

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CAPÍTULO 62: El Plan

Desde el momento en que el antídoto circulaba por la sangre de Simón y éste dormía placidamente en su cama, mi alma se llenó de pura paz y tranquilidad, por lo menos por ahora. Esa noche, como la anterior, dormí en un colchón al lado de su cama. Aunque ahora él se encontraba bien, tenía que estar prevenida.

En la mañana, un rayo de sol que entraba por la ventana no fue lo único que me despertó, sentía unas tiernas caricias en mi cabello. Abrí los ojos lentamente y no solo vi al amor de mi vida observándome con total ternura, sino que también me encontré acostada y tapada en su cama. ¿Cómo había llegado allí? Era lo que menos me importaba en ese momento, pero seguro había sido Simón.

- ¿Cómo te sentís? ¿Estás bien? ¿Te duele algo? – fueron las primeras palabras que atiné a decirle ni bien me sentí totalmente despierta para armar una frase.

- ¡Ah! ¡Muchas preguntas para estas horas del día! – dijo riendo. - ¿Algo que me haya perdido?

- No muchas cosas, fue un poco más de un día. Ah, Jazmín recuperó la memoria.

- ¿Enserio? ¿Cómo? ¿Cuándo? – dijo contento y sorprendido a la vez.

- Ayer a la noche, antes de dormirme. Parece que estuvo “intimando” con Tacho. Recordó de la misma forma que lo hizo Rama,  parece que el amor es una gran llave de los recuerdos – le dije tierna acercándome a él.

- Me encanta cuando hablás así – me dijo antes de tomarme el mentón y darme un beso.

- Enserio Simón, ¿Cómo te sentís? – volví con mi preocupación, tenía que saberlo.

- Bien, va, normal, como siempre. ¿Qué fue lo que pasó? Algo me acuerdo, y lo que me acuerdo no es nada lindo.

- ¿Te acordás cuando estábamos volviendo de despedir a los chicos que en el bosque te impactó un dardo? – Él asintió – Bueno, unas horas más tarde, el líquido de ese dardo te hizo efecto: te subió la temperatura, temblabas, delirabas, te pusiste violento, hasta que llegó Kant y te inyectó un somnífero y te quedaste dormido.

- ¿Y qué era lo que me hacía lo del dardo? – preguntó sorprendido.

- Era un químico que hacía efecto en los nervios cerebrales para poner en sentido opuesto los sentimientos e ideas de las personas. Te hacía pensar diferente, que odiaras todo lo que amabas y que amaras todo lo que odiabas, básicamente si querés resumirlo así. Por eso Kant nos dijo que te mantuviésemos dormido hasta que encontrara la cura, porque si te despertabas podías hacerle daño a alguien, por el químico. Yo me descuidé un momento, y cuando te fuimos a ver con Thiago, ya no estabas más en la cama, te habías escapado y te habías llevado armas.

- ¿Armas? – preguntó sorprendido.

- Sí, armas. Te encontramos en la zona residencial. Creías que eras un guardia civil otra vez y que nosotros éramos salvajes. Nos quisiste matar a los dos, pero justo antes de que dispararas, Kant, desde lejos, te disparó el dardo con el antídoto y quedaste inconciente hasta ahora, que ya estás bien – le terminé de decir con una sonrisa ante aquel final feliz.

- ¿Yo los quise matar? – Preguntó y yo asentí con pena. – No voy a preguntar quién fue el que me hizo esto porque es obvio. Vale, hay que terminar con esto de una vez por todas, no pueden seguir pasando cosas como estas, no sólo a mí, a cualquiera.

- Tenés razón, pero ahora basta de pensar en eso y todo lo que pasó, vamos a desayunar en paz.

Los dos nos levantamos y, como hace mucho no hacíamos, nos bañamos juntos. Era uno de mis momentos en pareja favoritos. Luego fuimos al comedor donde Thiago y Mar estaban desayunando. Nos sumamos a ellos. Gran parte del desayuno lo ocupamos hablando de Simón y su trágico evento desafortunado, hasta que mi esposo volvió a sacar el tema de una acción para detener a Luz:

- Thiago, tenemos que hacer algo, no podemos dejarla que siga haciendo estas cosas, ¿O a caso nuestra misión no es hacer un futuro mejor?

- Sí, tenés razón. Hace varios días que tengo algo en mente, pero para hacerlo, primero hay que logar que Luz llegue hasta acá.

- ¿Cuál es el plan? – le preguntó Mar.

- Como dije, primero tenemos que encontrar la forma de que Luz llegue a nosotros, después les comento sobre lo que tengo pensado.

- El mismo día en que Simón se “enfermó”, Luz le envió una carta a Alai, eso quizás puede servir de algo. – agregué ni bien me acordé del detalle de aquel día.

- Exacto, eso puede servir. Mar, buscála y decíle que traiga la carta. Nosotros tres las vamos a estar esperando en “nuestro lugar distinto”. – le dijo pícaro. Ella asintió y todos nos levantamos.

Como habíamos planeado, Simón, Thiago y yo esperamos varios minutos en aquel sitio subterráneo hasta que “la rubia y la morocha” llegaron. Alai le entregó el sobre a Thiago, todos nos sentamos y éste se paró en medio del lugar. Apartó el sobre un poco para ver el remitente (con cara de curioso) y luego sacó la carta y la leyó, parado. Una vez que terminó, la volvió a guardar, se la devolvió a la muchacha y se sentó enfrente nuestro:

- Parece que tenemos lo que necesitábamos – dijo sonriente

- ¿Para qué les sirve esto? – dijo Alai mostrando con desprecio el sobre.

- Nuestra misión en el futuro es hacer uno mejor, y para eso tenemos que lograr que Luz vuelva a ser la de siempre, la persona sin ser sometida al proceso de reseteo. Para cumplir con nuestro plan, la tenemos que traer a nosotros, y gracias a esa carta que vos tan poco querés, lo vamos a lograr, con tu ayuda, claro.

- ¿Y cuál es ese plan? – preguntó entusiasmada.

- Se los voy a contar en conjunto, así que reúnan a todos en el hall, reunión en 5 minutos.

Eso fue lo que hicimos: localizamos a todos a través de mensajes de texto y al instante estábamos todos reunidos en el hall de entrada del “nuevo Mandalay”.

- ¿Qué pasa Gor? Me interrumpiste la manicura que Hope me estaba haciendo – se quejó Tefi una ves que se sentó en uno de los sillones.

- ¡Sí! ¿Qué pasó? Estaba poniendo en práctica mis tácticas de seducción, man – se quejó también Nacho.

- Ahora que llegaron todos, puedo empezar – comenzó a decir Thiago, frotando sus manos – Los reuní para informarles sobre un plan que tengo pensado para terminar con Luz de una vez por todas y así cumplir con nuestra misión, que es logar un futuro mejor. La idea es esta: Alai recibió una carta de Luz en la que decía que si ella estaba de a cuerdo, que quería verla. La primer parte del plan consiste en que Alai pacte un encuentro con Luz acá, tenemos que traerla con nosotros. Una vez hecho eso, tenemos que hacer lo mismo que ella y su gente hizo con nosotros pero exactamente el revés: tenemos que trabajar su memoria emotiva, reanimarla psicológicamente, tenemos que lograr encontrar aquel recuerdo que active a los demás y que le devuelva su verdadera vida, como a casi todos de ustedes les pasó, de esa forma recordaron.

- ¿Y cómo vamos a lograr eso? – preguntó Melody, quien tenía a Amado en sus brazos.

- Haciendo lo que mejor sabemos hacer: cantar – le respondió Thiago con total seguridad.

- Le podemos cantar “Somewhere over the rainbow”, me acuerdo que unos días después de que la saqué del sótano, Luz me había contado que Justina le había cantado esa canción para que la perdone por haberle mentido sobre la guerra. – dijo León, nuestro “Lleca”

- Perfecto, una canción emotiva y que la identifique es lo que necesitamos. – Dijo Thiago con una expresión de total satisfacción – Bueno, ahora sí. Alai, el plan lo empezás vos – le dijo a la muchacha rubia, la cual tomó con inseguridad el celular que éste le daba para llamar a la mujer que la había robado de pequeña.