"Una Nueva Vida" CAP 57: "Recuperando la Identidad" (1º Parte)

miércoles, 30 de marzo de 2011 3 Pablochis comentaron
HOY les traemos el capítulo 57 de "Una Nueva Vida", la novela de nuestro FansClub Oficial e Internacional de Pablochi "Pablochifans".
En el capítulo de hoy, hablado por Simón & Vale, Nina, al ver aquella extraña escena en el baño, quiere saber qué está pasando. Kiara intenta decir algo, pero es detenida por Joaquín, el cual se la lleva. La morocha pide explicaciones a Simón y a Vale, pero estos evaden, y Simón le promete que prontó sabrá todo lo que necesita saber. Vale y su esposo van en busca de Thiago, que se ofrece a ayudar a Simón en algo que necesita, un nuevo plan, algo que Vale no sabía. Simón y Nina se encuentran en el altillo, donde ella sin saberlo, viaja con él al pasado, justo al momento donde Nina era robada de los brazos de su madre.
Esperamos que les guste y que nos dejen su opinión en un comentario.

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CAPÍTULO 57: Recuperando la identidad (1º Parte)

- ¿Qué les pasa? ¿Por qué me miran así? – preguntó Nina con un cierto tono de miedo al notar que cuando abrió esa puerta, la fulminamos con la mirada.
- Por fin estamos cara a cara… - dijo Kiara acercándose a ella, pero cuando le quiso tomar la mano, Nina la juntó a su pecho para que la rubia no pudiese tocarla. - …No, escuchá, yo soy… - y cuando estaba por decir lo que todos pensábamos, Joaquín se abalanzó sobre ella y le tapó la boca.
- ¿Qué decís? Yo ni te conozco, jamás te vi. – le respondió la morocha.
- No, pero hablamos, te mandé una carta – logró decir cuando se pudo sacar la mano de su hermano de la boca por unos pocos segundos.
- Estás delirando por la tintura, vamos Kiara. – le dijo arrastrándola hacia el pasillo por detrás de Nina, mientras que le repetía al oído “Acordáte, tenemos un trato”.
- Joaquín, ¿Cómo la llamaste? ¿Kiara? ¿Vos fuiste la de la carta? – decía Nina esto último dirigiéndose a la muchacha.
- No, no dije Kiara, dije Maia. Maia dije, escuchaste mal Nina – dijo el pre-adolescente, y luego terminó de arrastrar a su hermana hasta el pasillo para luego cerrar firmemente la puerta.
- ¿Me pueden explicar qué fue todo eso? – dijo ahora dirigiéndose a Simón y a mí, los únicos que quedábamos en la habitación.
Mi esposo y yo nos miramos por unos segundos, buscando en los ojos del otro qué decir, hasta que él improvisó:
- Ya vas a entender todo, tengo la solución pero primero tengo que arreglar un par de cosas.
- ¿Solución de qué? ¿Vale me podés decir qué está pasando? – yo la miré pero no dije absolutamente nada, no era el momento, parecía que Simón lo tenía todo controlado.
- Vale, para hacer lo que tengo pensado, tengo que romper el trato. Pero no te preocupes, va a salir todo bien. – lo miré confundida, pude leer en sus ojos que una idea flotaba en su cabeza, y lo único que deseaba es que no sea una locura. – Vamos a buscar a Thiago, tengo que hablar con él – me tomó la mano y me llevó fuera del baño, y antes de cerrar la puerta, le susurró un “Nina, nos vemos en un rato”.
Por ser el reciente Jefe de Ministros, Thiago está todo el día de acá para allá arreglando asuntos, pero por suerte pudo hacerse un tiempo para nosotros.
Una vez que llegamos hacia donde él estaba, Simón me pidió que me sentara y que esperara. Luego se encerró con Thiago en el altillo, y yo me quedé afuera, sin poder escuchar nada.
Estaba ansiosa. ¿Por qué de un momento para el otro Simón decidió invalidar el traro que los cuatro teníamos y hacer la suya? ¿Por qué necesitaba hablar con Thiago para hacer su nuevo plan? ¿Es que lo iba a involucrar en un tema familiar que no le incumbe? De pronto mi corazón dejó de latir simbólicamente cuando la puerta se abrió y los dos salieron a mi encuentro.
- ¿Qué pasa? ¿Por qué me miran así? – les pregunté al ver sus rostros rígidos.
- Vale, no preguntes, después te explico. Necesito que le digas a Nina que venga inmediatamente para acá. Thiago te va a acompañar. Confío en vos mi amor. – me dijo y luego me besó. Posteriormente, Thiago y yo nos fuimos a realizar aquella tarea, mientras Simón se volvía a encerrar en el altillo, esperando a que Nina se encuentre con él para realizar su nuevo plan, distinto del que teníamos anteriormente y el que sólo el sabe, por lo menos por ahora.

[Habla Simón]

Los minutos pasaban y Nina todavía no llegaba. Era la primera vez que iba a hacer algo así, y también la primera vez que lo ponía en práctica, ya que Thiago me lo había enseñado esa misma tarde.
La ansiedad me había ganado, y para no prestarle atención, dejé de mirar la puerta, le di la espalda y caminé hacia el reloj, me crucé de brazos y lo comencé a observar con detenimiento: era una pieza clave para que Nina, en mi plan, supiese la verdad.
La puerta se abrió y me di vuelta a los pocos segundos. Ella estaba allí, esperando que yo dijera algo. Le pedí que cerrara la puerta y luego nos paramos los dos a poca distancia del gran mecanismo del reloj.
- ¿Para qué me llamaste? ¿Ahora sí me vas a decir algo, a darme explicaciones? – me increpó de forma intimidante.
- No solo te voy a dar explicaciones, sino que te lo voy a mostrar. – ella puso una cara muy desconcertada. Si ahora no entendía nada, menos iba a entender dentro de unos minutos. – Nina, vos ya sabés que nosotros venimos del pasado, así que hablar de viajes en el tiempo no te sorprende, ¿no? – ella corroboró mi dicho.
- Al grano Simón, ¿A dónde querés llegar?
- Te quiero mostrar quién sos, cuál es tu identidad, quien es tu familia, cuáles son tus orígenes, eso era lo que tenías que saber. – Ella abrió los ojos como dos platos – Agarráme la mano y cerrá los ojos. – le ordené.
- ¿Qué? – me dijo horrorizada.
- Confiá en mí, todos los interrogantes que te atormentan, ahora mismo van a tener una respuesta.
Nina me tomó la mano y los dos cerramos los ojos. Aunque tenía los párpados cerrados, sabía que todo el altillo estaba siendo iluminado por la incandescente luz que el reloj emitía. Estaba siguiendo los pasos que Thiago me había enseñado a la perfección. Cuando ya no sentía más una presión sobre el cuerpo, me atreví a abrir los ojos y luego le dije a ella que también lo hiciera. Una parte de mi objetivo estaba cumplido. Estábamos en otro tiempo y espacio, más precisamente, dentro de un supermercado, y para ser exactos, habíamos logrado viajar en el tiempo.
- ¿Qué es esto? ¿Dónde estamos? ¿Nos teletransportamos? – preguntó ella, ansiosa de conocimiento.
- No. Estamos en el supermercado “Bigger”. Año  2013.
- ¿2013? ¿Me hiciste viajar en el tiempo? – al percatarse de que casi estaba gritando, miró para todos lados, y se dio cuenta que nadie la había ni escuchado ni visto.
- Quedáte tranquila, no pueden vernos ni escucharnos. Ahora te aviso, si querés saber quién sos, mejor no hables ni preguntes, sólo mirá, con eso y mi relato alcanza y sobra. Mirá para allá, esa chica – le dije señalándo a la muchacha rubia que estaba comprando.
- ¿Esa es Valeria? – Me preguntó, y yo asentí inmediatamente, sin dejar de ver las expresiones de su cara - ¿Por qué tiene un bebé en brazos? ¿Quién es?
- Sos vos, esa bebé sos vos Nina – le dije sin más preámbulos. Ya no podía sostener aquella bomba de tiempo en mi cabeza, así que decidí soltarla, sin que me importase lo que pasaría.
Ni bien solté mi confesión, la morocha se volteó para mirarme con una expresión que nunca jamás había visto en ella, además de una mirada por demás extraña.
Ya sin tocarla podía sentir que su temperatura había bajado muchísimo. Por un momento me pregunté si estaba bien en contarle todo de esa forma tan directa, mostrándole los hechos de su historia. “Y sí, está bien, es ahora o nunca”, pensé mientras veía sus ojos negros que cada vez se hundían más y más ante la sorpresa.


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