Esperamos que disfrutes este primer capítulo: "Cuando el amor es valentía".
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Capítulo 1: Cuando el amor es valentía.
Hoy se cumplen tres semanas desde la última vez que vi a Simón, a mi esposo. Se sentía raro decir aquella palabra, todavía no me acostumbré a ser una mujer casada, aunque no haya sido nuestro casamiento políticamente legal. Pero se sentía aún más raro decir que yo era esposa de Simón, sabiendo que se lo llevaron el mismo día en que nos casamos, cuando estábamos a punto de ser uno, cuando estábamos a segundos de hacer el amor, lo que cerraría con broche de oro nuestra “Luna de Miel”.
¿Por qué a mí? Me había preguntado en su momento. Todavía recuerdo como si fuera ayer, la cara de Simón, desmayado sobre el caballo que manejaba el traidor de Teo. Desde el momento en que mi amor cruzó el muro y se cerró aquel portón negro, un agujero se abrió en el centro de mi pecho, un agujero que me convirtió en otra Valeria, una agujero que succionó mi felicidad y mis ganas de vivir para siempre.
El grito desgarrador que emití cuando Simón se fue del otro lado y salté de mi caballo con mi tobillo lastimado y caí hacia el suelo, intentando desesperadamente llegar hacia él, viéndose cerrar el portón frente a mis ojos, ese es un recuerdo que viene y va todo el tiempo en mi cabeza, que me persigue cada noche, en cada sueño, un trastorno para mí.
Pero ya me cansé de estar como un maniquí, sin vida, llorando por todos lados. Llegó la hora de hacer el cambio, mi cambio.
Me levanté de las hierbas de la huerta de “la resistencia” y fui muy decidida a la guarida. Todos estaban sentados en la mesa, comiendo junto al bebé recién nacido de Mel, Amado. Me quedé parada a una distancia considerable de la mesa sin decir nada. Todos se voltearon para mirarme, callados. Tomé una gran cantidad de aire y dije de una forma muy fría para mí:
- Nina podés venir afuera que necesito hablar con vos, por favor- Ella miró a Thiago de una forma muy cómplice y se acercó hasta mí.
La tomé del brazo y salimos hacia el jardín, donde se soltó bruscamente de mí porque yo la estaba apretando muy fuerte y con un tono un poco elevado me dijo:
- ¡¿Valeria me podés decir qué es tan secreto?!
- Primero que todo, no se lo digas a nadie, menos a Thiago.
- ¿Qué pasa?
- Nina, yo sé que vos sabés, y necesito que me digas cómo entrar del otro lado del muro.
- ¿Vos estás loca? Yo no quiero tener más problemas ni con Thiago ni con los chicos.
- Nina por favor no aguantó más, siento que si paso un día más con esta angustia en el pecho, voy a desaparecer.- dije un tanto histérica.
- Está bien, yo te voy a decir y te voy a acompañar, pero tené en cuenta que es muy peligroso y que podes no salir de ahí.
- Voy a tomar el riesgo, yo lo único que quiero es estar con Simón, sea el lugar y las condiciones que sean.
- A las 4 en el bosque, salgo yo primero para que los chicos no sospechen. Al lado de mi colchón, hay un bolso con ropa negra y blanca como la que usan en ese lugar, ponétela, así pasas desapercibida.
- ¡Gracias! – dije al mismo tiempo que la abrazaba muy satisfactoriamente. En ese momento llegó Thiago con su sonrisa compradora, cruzado de brazos:
-¿Qué pasa acá que hay tanto cariño?
- Nada Thiago, cosas de chicas – dijo Nina antes de que yo pudiera abrir la boca para emitir aunque sea una sola palabra.
A las 4 en punto, me encontré con Nina en el bosque, procurando que nadie me haya seguido. Yo estaba vestida justo de los colores que ella había descripto, diez veces más elegante de lo que había estado en estos últimos meses, con unas trenzas perfectamente hechas por Tefi y Kika.
- Bajá por acá y seguí todo derecho hasta la primera curva, doblá a la izquierda y en el primer desvío, a la derecha, después subí y ya vas a estar del otro lado del muro – dijo Nina muy segura de lo que me estaba diciendo, señalándome la puerta de una alcantarilla - ¿Trajiste la linterna no? Mirá que puede haber una que otra rata por ahí – dijo riéndose.
- Sí, igual no hay problema, en este momento no pienso en otra cosa que en Simón y no le tengo miedo a nada. Bueno, llegó la hora, gracias Nina, en estas pocas horas me ayudaste más que todos los demás en tres semanas – dije abrazándola.
- No seas así, los chicos siempre quieren hacer todo con la mejor intención, recordá eso siempre- me dijo antes de cerrar la puerta de la alcantarilla.
En cuestión de minutos, ya había llegado a donde me proponía. Abrí la puerta de la alcantarilla y salí a lo desconocido, con una sensación de valentía que nunca había sentido, porque valiente no es el que no tiene miedo, sino el que avanza a pesar de tenerlo, y yo en ese momento, puedo asegurar que me sentía muy valiente.
Luego empecé a dar mis primeros pasos sobre ese pasto verde, recién cortado, con la esperanza de que allí, podría reencontrarme con mi único y verdadero amor.
3 Pablochis comentaron:
=) ya quiero ver como sigue esta historia ♥
Fran me encanto el capitulo, se ve que pinta muy buena la nove, quiero ver que va a pasar ahora que vale entra al ne, besitos.
buenisima :) qiero sabr qe pasa
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