"Una nueva vida" CAP2: "Muchas preguntas y pocas respuestas"

Acá les traemos el segundo capítulo de esta apasionante historia que acaba de comenzar. Para encontrar todos los capítulos, podés dirigirte a la imagen con el nombre de la novela, que se encuentra a la izquierda del blog. Como se darán cuenta, la foto del post siempre concuerda con algún hecho del capítulo, para que se imaginen un poco mejor la historia. En este capítulo, todo se aclara para Valeria y ella sale en busca de Simón, que le dará una inesperada sorpresa. Esperamos que lo disfruten, porque todos alguna vez tuvimos "Muchas preguntas y pocas respuestas".

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CAPÍTULO 2: “Muchas preguntas y pocas respuestas”

Comencé a caminar por ese extraño e inmenso jardín, lleno de flores, de árboles cortados a su altura justa, hasta llegar a lo que parecía el ex Mandalay, donde allí se encontraban muchos adolescentes vestidos con los colores de un típico mimo. En el centro, donde antes estaría la mandala, y más antes, la fuente del Rockland, se hallaba la Jefa de Ministros, junto a unas personas que hasta hace unos meses habían sido mis compañeros de ruta, mis amigos. Allí estaban con ella, Nacho, Teo y León, sonriendo y hablándole como si nada hubiera pasado. Se me puso la cara roja de la impotencia, porque sabía que en ese momento no podría encararlos. De repente, unas manos cuyas muñecas estaban llenas de pulseras, me taparon la boca y me llevaron detrás de unos arbustos.

- ¡Tía! ¡¿Qué hacés acá?! – dijo Esperanza, no HOPE, porque yo no estaba feliz de verla como ella a mí.

- ¡¿Qué hacés vos acá garca?!¡Vendida!¡Traidora, como todos! – dije con toda mi furia, a punto de salirme de mis casillas.

- Yo se que es raro, pero necesito que vengas conmigo así te puedo contar todo, nadie te tiene que ver.

- Es la última oportunidad que te doy, no me traiciones y sabela aprovechar. – le dije sinceramente.

Nos dirigimos hacia la terraza del ex Mandalay, o el actual “NE”, cómo decía por todos lados. Allí, ella me hizo sentar en el piso, justo en frente de ella:

-Bueno, ¿por dónde empezar? ¡Ay bueno, mejor te escucho! Yo te respondo.

- ¿Por qué todos se dieron vuelta? ¿Por qué hacen como si no hubiera pasado nada?¿Por qué se escapan de nosotros?¿Por qué están todos con otras parejas y nos cagaron así?

- Haber, Vale, escucháme bien, todos tus amigos que viste acá no son como vos los recordás, La jefa de Ministros y todos los que están con ella les lavaron el cerebro a los chicos, todo lo que vivieron, está oculto en sus cabezas, y lo que hicieron estos guachos, aparte de ocultarles los recuerdos y que no los puedan recordar, es inventarles nuevas vidas y esas vidas se las pusieron en la cabeza, como si siempre hubieran vivido eso, pero no, y además de lograr que se alíen a ella, la Jefa, ocultándoles los recuerdos y poniéndoles unos nuevos, hizo que les tengan miedo a ustedes, les hace creer que ustedes son mala gente para que no se les acerquen. ¿Me entendés?

- ¿Y cómo se yo que lo que vos me estás diciendo es verdad? ¿Por qué vos no estás así?

- Porque a mí el lavado de cerebro, por alguna razón inexplicable, no me funcionó, y gracias a eso, desde hace meses que estoy intentando que los chicos recuerden su verdadera vida, Rama ya está entendiendo todo, aunque no se acuerda mucho de su pasado, o “vida real”.

-¡Entonces Simón no me traicionó!¡El me ama a mí y nos quiere!¡No me engaña con Mar!

- ¿Y vos cómo sabés que está con mar? ¿Y desde cuándo se aman? Va, eso ya lo sé, si supieras la hermosa familia que tienen…

-¿Qué dijiste? – Hope me miró arrepentida, y sabía que no me iba a decir nada, así que no le insistí. – Ahora, ya que Simón tiene los recuerdos bajo llave, yo voy a abrir esa puerta. – dije parándome y dejando a Hope en el suelo.

-¡Vos no te movés de acá!¡Tenés que ir a mi escondite! Valeria nadie te puede ver, no es ir a hablarle y listo, así de fácil, ¡No sabés en lo que te estás metiendo! – me dijo mientras me sujetaba del brazo, impidiéndome huir.

- No puedo quedarme más de brazos cruzados y esperar a que las respuestas y las soluciones me lluevan del cielo ¿ A ver si entendés Hope? Simón es mi esposo…- se me hizo un nudo en la garganta al pronunciar esa emocionante y perfecta palabra para mí - …y yo lo único que quiero es estar con él en este momento, pase lo que pase, tenga que correr el riesgo que sea, pero ahora que sé que no me traicionó, desde que se lo llevaron, nunca tuve tantas ganas de recuperarlo. – dije con las lágrimas posándose sobre mis pestañas.

- ¡Sí, pero ésta no es la forma! – me gritó mientras yo bajaba desesperadamente las escaleras.

Hope me seguía como una sombra, pero le era difícil alcanzarme debido a que yo corría como un perro al que le robaron su hueso. Cuando pasamos la entrada del ex Mandalay y entramos en un camino rodeado de árboles, ella se dio cuenta de que no podía seguirme más, así que cómo último recurso, me tiró uno de sus tacos negros, el cuál me rozó el codo.

No estoy segura de cuántos metros corrí, pero en un momento, me paré bruscamente cuando mis ojos vieron aquello que hizo que mi corazón se saliera de lugar. Por fin lo ví, estaba cruzado de brazos, apoyado contra la puerta de una camioneta negra. Era mi Simón, cambiado totalmente, más hermoso de lo que yo lo recordaba, pero era mi Simón, no lo dudé un segundo.

-¡Simón! – grité, al mismo tiempo que comencé a correr a toda velocidad en dirección a él, que se percató de mi presencia y se paró firmemente.

Cuando estuve a cinco metros de su cuerpo, él desenfundó un arma y me apuntó sin pensarlo. Me volví a detener bruscamente debido a aquella acción, y el agujero de mi pecho que se había cerrado temporalmente desde que supe que no me traicionó, volvió a abrirse.

- Mi amor ¿qué hacés? Soy yo, tu Vale. – dije confundida y casi sin voz.

Sin decir ni una sola palabra, una deslumbrante luz me derrumbó, dejándome boca arriba, mirando hacia el cielo nublado, que en ese momento comenzaba a gotear.

Sólo podía ver, sentir y escuchar, no podía mover ningún músculo de mi cuerpo.

Lo último que sentí, fueron sus fuertes brazos que me cargaban en dirección a la camioneta. Lo miré, llenando sus ojos de muchas preguntas, los cuales no me brindaban ninguna respuesta. Y de repente, todo se volvió negro para mí.