"Una Nueva Vida" CAP 13: "El paraíso"

HOY les traemos el cap 13 de "Una Nueva Vida", la novela del FansClub Oficial e Internacional "Pablochifans". En este capítulo, Vale y Simón se proponen a pasar un hermoso día después de su "Rock&roll", donde al final llaman a su amiga Hope, que tendrá una noticia para contarles.
Esperamos que les guste y que pasen un buen momento leyéndolo, y esperen, que se vienen capítulos muy divertidos, otros no tanto, pero es ficción y hay que aceptarlo.

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CAPÍTULO 13: El paraíso.

Nos habíamos acostado muy tarde, por lo tanto, no madrugué como venía haciendo hace días por diferentes razones. Me desperté a las 10a.m. Estaba en una posición muy relajada, boca abajo con la cabeza en la almohada y mi pelo caía por un costado. Toqué la otra mitad de la cama y no había nada, abrí los ojos de repente por la sorpresa.

- Simón – grité fuerte, tapándome con la sábana

- Estoy acá mi amor, no te levantes, ya voy – su voz venía de la cocina. Hice lo que me ordenó y permanecí en la cama. Minutos más tarde, llegó con una bandeja repleta de comida. Él estaba de la misma manera en que lo recordaba antes de dormirme, sin una sola prenda puesta, al igual que yo.

Me senté en la cama y mi novio puso la bandeja arriba de mis piernas.

- Esperáme que voy a buscar la mía – me dijo dándome un beso en la frente y lléndose para la cocina. Volvió en un abrir y cerrar de ojos, se acostó al lado mío, con la espalda en el cabezal de la cama al igual que yo, y sin taparse, puso la bandeja sobre sus piernas.

- Probá el jugo, es %100 natural, saqué las naranjas de un árbol de acá cerca y las exprimí. – lo probé, estaba fabuloso.

- ¿Vos saliste así a caminar por toda la isla? – le dije señalando su cuerpo desnudo.

- ¿Algún problema? – me dijo sonriendo, antes de morder una tostada.

- Simón te puede ver alguien, pueden pasar con un barco por acá cerca.

- ¿Y? Es nuestra isla, estamos como queremos, solos.

- ¿Y no te molesta estar como dios te trajo al mundo?

- En absoluto, la comodidad es única, desde que estamos en el NE que no pude estar más cómodo que ahora. – me dijo acariciándose el pecho.

- Si vos lo decís… - me acerqué y le dí un beso.

De pronto se escucha que una lancha estaciona en la orilla. Simón y yo nos miramos extrañados y él se levantó para ver por la ventada del cuarto.

- ¿Quién es?

- Los mucamos. ¿Cómo se me olvidó?

- Ah, ¿quién tiene razón ahora? Ves que no podés estar así todo el tiempo – aunque me encantaba que estuviese así, se lo tenía que decir por su bien- Él me dedicó una mueca con su boca. Luego fue directo al armario y se puso un pantalón verde, ni siquiera se puso ropa interior. Se colocó unas medias y fue a abrir la puerta.

Por mi parte, terminé de desayunar y me fui a bañar. Necesitaba bañarme después de lo de anoche, tenía arena por todos lados. Prendí la ducha caliente y me metí. A los pocos minutos, sentí que la puerta se abrió, me asomé por la cortina de la ducha.

- ¿Puedo? – me dijo sonriente. Como mi respuesta era obvia, se quitó la ropa antes de que le contestara.

Simón se metió también en la ducha y nos enjabonamos el uno al otro. Cuando nos estábamos secando, le pregunté:

- ¿Y qué vamos a hacer hoy, señor?

- Ahora cuando se vallan los mucamos, vamos a ir a pasear en barco y después a visitar Atenas, que queda adentro de la urbe de Grecia. ¿Te parece?

- Me re parece – le dije sonriente, secando su espalda con una toalla roja.

Nos pusimos ropa y cuando Simón despidió a los mucamos, tomó el teléfono y reservó una lancha para dentro de unos minutos.

A la media hora nos la trajeron y Simón y yo nos metimos en ella para navegar por el mar mediterráneo. No sabía cómo era que mi novia sabía manejar una lancha, pero por lo que ví, no parecía muy difícil.

Al mediodía, desembarcamos en la orilla, cerca de donde estaba el muro con el portón de acceso a la Urbe griega. Simón tuvo que presentar su carnet de la guardia civil para que nos dejaran entrar, sólo para saber que no éramos salvajes.

Paseamos un ratito por las hermosas calles de Atenas y luego almorzamos en un lujoso bar del lugar.

La estábamos pasando tan bien, que no me importaba qué hora era, pero supongo que fue más o menos a las 3 cuando llegamos al Partenón. Allí nos sacamos una cantidad incontable de fotografías, juntos como me gustaban a mí, con el mar de fondo, arriba de aquella montaña.

A la hora de la merienda, el cielo comenzó a llenarse de nubes, así que decidimos volver a nuestra amada isla, para seguir aprovechando nuestro pequeño nido de amor. Una vez allí, me desplomé en el sillón del living. Mis piernas no daban más, habíamos caminado demasiado el día de hoy. Sin que yo se lo pidiera, mi novio me quitó las zapatillas y me hizo un relajante masaje en los pies, en los cuales cada tanto me daba unos besitos muy tiernos.

Me sentía tan plena en ese lugar, tan viva, que no quería salir del paraíso.

- Mi amor, me voy a preparar algo para la cena. – Sólo lo miré mientras se iba. Él estaba pendiente de cada segundo de nuestra estadía allí, hacía de todo para que yo estuviera feliz y cómoda en todo momento.

Cenamos una comida de primera calidad. Simón me sorprendía cada vez más con la excelencia de sus platos. ¿Había algo que le saliera mal en la vida? Todavía no lo sabía con exactitud.

- Mi amor… - hice un pausa… - … ¿Qué tal si llamamos a lo chicos, para saber cómo anda todo?

- Dale, ya mismo – sonrió inmediatamente.

Nos acomodamos en el living con el celular en la mano, marqué el número de Hope y puse el altavoz para que él también pudiera escuchar.

- ¿Hola? – dijo la rubia con rulos.

- ¿Hola Hope? Soy Vale.

- ¡Valenchu! ¿Cómo anda la parejita feliz? ¿Todo bien?

- Espléndido – se apresuró a decir Simón.

- Mmm, no me quiero imaginar las cosas que habrán hecho – Hope soltó una carcajada y nosotros también lo hicimos.

- ¿Cómo anda todo por allá? – le pregunté.

- ¿Acá? Perfecto, como siempre, en nuestra burbuja feliz.

- Hope, ¿Alguna novedad?

- ¡Ay sí no se imaginan! Vino un chico nuevo que viene de Francia como vos Vale. ¡No te imaginás lo caño que está amiga! Encima se viste super bien, es re delicado y sonríe por todo. Yo no hablé con él, pero parece que es re buena onda.

- ¿Ah si? ¿Y cómo se llama? – pregunté muy interesada.

- Ah, no sé, pero lo único que sé es que viene de Francia y que es actor de comedia musical. ¡Mejor imposible este chico!

- Bueno, lo conoceremos cuando volvamos entonces. – dijo mi novio. Noté sus celos en su voz debido a mi interés sobre aquel chico nuevo.

- Bueno chicos, les tengo que cortar que le tengo que hacer una mascarilla de barro a Mar, un beso chiquis, disfruten mucho, Bye.

- Chau – dijimos los dos y corté la comunicación.

Simón y yo nos fuimos a poner el pijama y luego nos acostamos, él me dio mi beso de las buenas noches. Antes de cerrar los ojos, no pude evitar pensar en aquel chico nuevo del NE, tenía una corazonada, sentía una sensación rara con respecto a su identidad.