"Una Nueva Vida" CAP 18: "Algo raro está sucediendo"

domingo, 8 de agosto de 2010 0 Pablochis comentaron
HOY les traemos el capítulo 18 de "Una nueva vida", la novela de nuestro FansClub Oficial e Internacional "Pablochifans". En el capítulo de hoy, parece resolverse la situación de Arthur, pero más tarde, éste se encuentra con Ramiro y Hope para tener una charla a escondidas, Vale los sigue y escucha un poco, y cuando parece que están por descubirla, se lleva una gran sorpresa.
Esperamos que lo disfruten y que pasen un buen momento.


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CAPÍTULO 18: Algo raro está sucediendo.


- No quiero que me atienda él, que se valla. – decía Arti a punto de llorar. Kant se quedó unos segundos tildado, se agarró la cabeza y se estaba a punto de desmayar, pero Simón lo agarró.

- ¿Kant que pasa? – le dijo mi novio

- Nada, nada, estoy bien. Ahora voy a llamar a otro doctor para que lo atienda. – Después de su “casi desmayo”, no volvió a mirar a Arthur. Llamó al doctor suplente por el celular, nos saludó y se fue.

- Ey, ¿Qué te pasa a vos con Kant? – le dijo Simón a mi mejor amigo, increpándolo, parecía que el cariño por él se le fue en un instante.

- Perdón, perdón, es que ese tipo es el salvaje que estaban metiendo a la Urbe – nos decía secándose las lágrimas, sentándose nuevamente en su cama. Simón se calmó y se sentó a su lado a contenerlo. Yo hice lo mismo, pero hagarrándole la mano a mi novio.

- ¿Es al que le gritabas “papá”? – pregunte alcanzándole un pañuelo descartable de los que tenía en mi bolsillo.

- Supongo que sí, fue muy clara mi visión. Pero me siento mal, porque quedé como un loco adelante del doctor, no sé por qué reaccioné así, fue como un sueño eso, a los sueños no hay que darles importancia ¿no?

- No siempre es así Arti, a veces esas experiencias nos quieren decir algo importante.

- Es verdad, yo tuve la visión de que nos casábamos y mirános ahora – Simón me dio un corto beso, pero muy lindo, como todos. Minutos después llegó el otro doctor y revisó a Arthur. Una vez que terminó, lo dejamos descansar y nos fuimos. Una vez en el patio del NE, caminamos abrazados.

- ¿Y qué te gustaría hacer hoy? – le dije mirando su perfil perfecto.

- Hay algo que me gustaría, pero habría que pensar cómo – se mordió el labio.

- No te zarpes – le dije dándole un golpecito en el estómago. – Ya tuvimos bastante, pareces un preadolescente con las hormonas a full.

- Tenés razón mi amor, mejor me conformo así. – enredó sus brazos en mi cintura, me apretó contra él e hizo que su lengua jugueteara con la mía. No pude evitar enredar mis manos en su sedoso pelo.

Nos sentamos en uno de los bancos del patio a pasar el rato bajo el sol de un invierno no muy frío. En un momento, Hope sale del NE, seguida por Arthur y por Ramiro. ¿Qué hacía mi mejor amigo levantado? Se había desmayado, tenía que guardar reposo. ¿Por qué no lo hacía? ¿Por qué se juntaba con aquellos dos? ¿Qué estaba pasando?

- Mi amor ¿me esperás en tu cuarto? En un rato estoy allá, voy al baño.

- Dale, te espero allá.

Me paré, acomodé mi pollera gris, le dí un beso a mi novio, y tratando de que no me vieran ni él ni los “sospechosos”, los seguí a éstos. Se fueron detrás de un arbusto, a unos pocos metros del portón de la Urbe. Me escondí en un árbol cercano y comencé a escuchar.

- Ay, otro más que se despertó, que alegría, ya no estamos solos Ramu – decía Hope, abrazando a Arti.

- Sí, pero no vale, ¿Por qué él sí se acuerda de todo y yo no?

- No sé Ramu, pero no te preocupes, ya te vas a acordar – le dijo Hope, esta vez abrazando a los dos.

- No puedo creer que nos hayan hecho esto. Mi familia debe pensar que estoy muerto, y mi papá…- hizo una pausa. ¿Qué estaba diciendo? Toda su familia fue asesinada por los salvajes cuando estábamos en Francia. ¿De qué recuerdos hablaba? Mi cabeza estaba a punto de explotar.

- ¿Qué pasa con tu papá? – le preguntó Ramiro.

- Mi papá… - se tomó un respiro - …mi papá está acá.

- ¿Cómo que tu papá está acá? – Ramiro parecía extremadamente desconcertado.

- Sí, está acá, mi papá es… - estornudé y mi amigo paró de hablar. Se habían dado cuenta de que alguien los estaba espiando, así que antes de que se pararan para salir del arbusto, me eché a correr lo más rápido que pude. Miré para atrás y vi que estaban a punto de voltearse en mi dirección. Me escondí atrás de un árbol ancho, por suerte logré pasar desapercibida. Pero luego sentí que alguien me tocaba el brazo. Me di vuelta para mirarla, asustada. Era una chica morocha de pelo lacio, con unos ojos verdes cautivantes. Estaba vestida del NE, pero no, no era de nosotros, no sé por qué, pero lo sabía, lo sentía.

- ¿Vale? ¡Vale! – me abrazó con mucho entusiasmo. Yo lo hice también, aunque no sabía quién era.

- ¿Te conozco? – ella me miró confundida.

- Vale, ¿Me estás cargando?

- Te estás confundiendo con otra persona, yo no te conozco – le di la espalda y cuando se dio cuenta que mi intención era irme, me agarró del brazo. – Pará, ¿Qué hacés? – Ya estaba comenzando a asustarme.

- Vale, soy Nina, ¿No me conocés?

- Soltáme loca, me estás lastimando – me zamarreé hasta que me soltó.

- ¿Qué te pasa? ¿Te vendiste? ¡¿Qué te hicieron Vale?!

- Pará, dejáme, yo no te conozco, no sé quién sos. ¿Sos salvaje no? Por eso me tratás así.

- Yo quiero saber, ¿Por qué VOS me tratas así?

- Si me matás, te vas a meter en un enorme problema.

- ¿Vale qué decís? Yo no te voy a matar. – la empujé haciéndola caer al suelo y corrí con todas mis fuerzas en dirección al NE.

Cuando subía las escaleras, unas lágrimas empezaron a recorrer mis mejillas. Aunque ya estaba lejos de aquella chica, no disminuí mi velocidad hasta que llegué a la habitación de los varones. Mi novio estaba descalzo, de piernas cruzadas y acostado en su cama, escuchando música con los auriculares puestos. Cuando se percató de mi presencia, y por sobretodo de mi estado, se sentó en la cama y se sacó rápidamente aquellos artefactos pequeños de sus orejas. Yo me le tiré encima, abrazándolo como nunca. Cuando estuve en contacto con su cuerpo, di un suspiro, ahora si estaba a salvo. Luego cortamos el abrazo, y Simón se separó unos cuantos centímetros para que pudiera mirarme a los ojos y secarme las lágrimas.

- ¿Mi amor qué te pasa? – él recorría mi cara con sus dedos pulgares.

- ¡Hay una salvaje, cerca del portón de entrada! ¡Me agarró del brazo, me lastimó! ¡Y encima me quería convencer de que la conocía! ¡Planeaba algo contra mí! ¡Mi amor casi me atrapa! – comencé a llorar de nuevo como una psicópata.

- ¿Cómo es?

- Es morocha, flaca, alta, tiene una remera blanca y unas calzas negras, se hacía la que era de la Urbe. – Simón se separó de mi lado y se levantó en dirección a la puerta, pero yo le agarré el brazo.

- Mi amor no me dejes sola. Tengo mucho miedo – le rogué.

- Mi amor, tengo que ir, es por tu bien, si la atrapamos no va a volver a molestar a nadie – me dio un beso y salió por la puerta. Yo me quedé sentada en la cama, tratando de tranquilizarme, tratando de respirar normalmente.

¿Por qué mi mejor amigo estaba hablando secretamente con Ramiro y Esperanza? ¿Por qué hablaban de cosas raras y sin lógica para mí? ¿Qué era tan misterioso que nadie podía enterarse? ¿Quién era esa chica que decía que yo la conocía? ¿Cómo sabía mi nombre? ¿Por qué sentía que muy en el fondo la conocía? ¿Por qué hice todo lo que hice? ¿Por qué dije todo lo que dije? ¡Si ella no me quería matar! Sólo quería hablar conmigo. Mi cabeza estaba llena de preguntas y respuestas, pero de algo no tenía dudas, algo raro está sucediendo.




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