En el capítulo de hoy, Kika narra todo lo sucedido desde que fue capturada hasta que Vale la encontró. Tacho le siembra la curiosidad a Simón sobre la identidad de Joaquín, entonces, luego de que su cabeza haga un "click", lo increpa a Luca por una supuesta suposición que él cree verdadera, pero Luca lo hace reaccionar, para luego enterarse por sí mismo de algo que le cambiará la vida.
No se pierdan este capítulo de la revelación, lleno de emoción, que los llenará de ternura. Esperamos que lo disfruten y que pasen un buen momento.
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CAPÍTULO 33. Verdadero o Falso
Luego de unos minutos de puro abrazo, todos nos sentamos alrededor de Kika, yo sobre el regazo de mi novio, y Joaquín al lado de Luca, como era costumbre desde hace ya un tiempo.
- ¿Cómo lograste salir? – le preguntó Thiago a la chica de anteojos.
- Ay gordi! Es hacker como la madre, no te olvides. – se adelantó a decir Tefi.
- Exacto, eso me ayudó muchísimo – comenzó a contar. Ramiro le acariciaba la mano y uno de sus brazos cubría la cintura de ella. – Cuando me agarraron, pensé que estaba perdida, pero uno de los doctores me ayudó y me hizo pasar por reseteada, no me acuerdo su nombre.
- ¿Yo quizás? – dijo Kant entrando al lugar. Kika le sonrió. – Doctor Kant, mucho gusto – dijo saludándola con un movimiento de mano y sentándose al lado de Melody, para que ésta le diera a Amado.
- Dale mi amor seguí contando – la apuró Ramiro.
- Bueno, me hice pasar por reseteada, pero ni bien Luz vino a saludarme y a inventarme lo que me pasó para que estuviera allí, me dijo que en una hora me iban a trasladar a la Urbe agroindustrial que queda a 60km de ésta Urbe, donde trabajaría como manager o una cosa así. Ahí Kant no pudo hacer nada, y me trasladaron. Pero hace tres días logré hackear el sistema de seguridad y pude desactivar la carga eléctrica del alambrado, y nadie se dio cuenta. A la noche, fui a la parté del alambrado que no estaba vigilada, me trepé y salí del otro lado. Estuve dos días andando en una bicicleta que encontré para poder llegar ayer cerca del muro. Ahí me vieron unos cazadores, dejé la bicicleta y me eché a correr, hasta que en un momento me caí en un pozo, no muy profundo, y ahí fue cuando me lastimé el pie, por la caída, pero gracias a que me caí en el pozo, los cazadores no me pudieron encontrar. Esta madrugada salí a la superficie y con mucho dolor, pude llegar hasta la orilla del lago, donde me limpié la herida. Después me senté a descansar porque me dolía demasiado el pie, y ahí fue cuando Vale me encontró – Me dedicó una sonrisa llena de paz y de agradecimiento. – Si no fuera por ella, hubiera tardado más en llegar hasta acá, o quizás los cazadores me hubieran encontrado. Gracias Vale, enserio, aunque no te acordás de mí, me ayudaste igual.
- De nada, cualquiera hubiera hecho lo mismo.
- Gracias – me dijo Ramiro sonriente, apretándome la mano unos segundos.
De pronto, Teo, Nacho y León se levantaron de la mesa y caminaron en nuestra dirección.
- Me parece que no terminaron con nosotros, ¿no Thiago? – dijo Teo
- Perdonen, tienen razón, vengan que termino.
Todos retomamos nuestras actividades normales, mientras Ramiro y Kika seguían recuperando el tiempo perdido.
[Habla Simón]
Vale se levantó de mi regazo para ir al baño. Luego me acomodé en el sexto escalón de la escalera y Tacho se arrimó a mi lado.
- Che, te quería preguntar, ¿No te parece sospechoso el chico nuevo? Digo, aparece de la nada, se acomoda lo más bien entre nosotros…
- Hope lo conoce, como si fuera de la familia. Eso ya dice mucho.
- Sí, pero algo no me cierra. ¿Por qué solo sabemos su nombre? ¿Por qué Hope le oculta la identidad? ¿Por qué no podemos saber de él?
- No sé Tacho, hace un buen tiempo que lo quiero averiguar.
- ¿Mirá si es hijo de alguien? Para mí es de Thiago, o de Luca. – levanté rápido la cabeza para mirarlo, sorprendido. Mi amigo me había hecho entrelazar un montó de cosas en sólo un segundo con un simple comentario. Recordé lo de la paradoja temporal, y lo de la amistad repentina entre Joaquín y “El Negri”. Salí corriendo en dirección al Jardín como un loco.
Luca se encontraba con el torso desnudo, bajo el sol matinal de una primavera cercana. Estaba cortando troncos con un hacha para el típico asado de los sábados a la noche, desde que nuestros amigos “reseteados” traían carne del NE.
Me paré a un metro de donde estaba, él me miró, me sonrió muy plácidamente y siguió cortando la madera. Sin esperar un segundó más, solté mis palabras de una forma muy rígida y segura.
- ¿Es tu hijo no? – Se detuvo para mirarme atento, dejó el hacha sobre el pasto, se secó el sudor de la frente y del pecho y se acercó un poco más a mí.
- ¿De qué hablas?
- No te hagas el tonto Luca, ya me di cuenta de todo. Sé que Joaquín es tu hijo. Por eso no podemos saber de él, por la paradoja temporal, por eso te ama y te quiere más que a todos desde que llegó, aunque no se conocían. Porque sos su papá, su futuro papá. – él movió la cabeza en gesto de negación. – ¡No digas que no Luca, es así!
- Estás equivocado, no sé como llegaste a pensar eso, tu información es falsa.
- ¡No, es verdadera! Me cierra todo ahora. – dije levantando el tono de voz.
- Primero te calmás – me tomó del brazo para acercarme más a él, hasta que su cara estuvo a 2 centímetros de la mía, aproximadamente.- Segundo, ¿No te pusiste a pensar que es vez de su padre, yo podría ser otra cosa de él? ¿No te diste cuenta de por qué a vos y a Vale los trata raro? ¿No te acordás la razón por la que Joaquín se fue de su casa? Con todo eso, algo te tiene que cerrar – me soltó el brazo y nos alejamos un poco uno del otro.
- No te entiendo, y si vos sos mi amigo, me lo tendrías que decir.
- No puedo, entendéme. – puso su mano derecha en mi hombro. – Pero lo que sí te puedo decir, es que no importa quién es, sólo con un nombre y apellido alcanza – me palmeó el hombro, mientras yo lo miraba desconcertado. – Andá, y sacáte la duda – me dijo.
Sin esperar más, troté rápido hacia las escaleras en el interior de la casa. Nadie pareció haberse percatado de mi entrada brusca, todos estaban ocupados preparando el almuerzo. Subí decidido la escalera hasta llegar al entre piso. En una esquina, contra la pared, se encontraba la mochila que Joaquín traía desde aquella tarde en la que mi novia lo desmayó en el bosque. La abrí, revolviendo y sacando cada cosa, entre ellas, una foto de él y su hermana, hasta que encontré lo que buscaba, su D.N.I. Tomé un respiro muy largo y abrí la tapa lentamente. Posé mi mirada sobre la primera hoja, paralizándome con su contenido. Una lágrima cayó de la nada por uno de mis ojos, deslizándose rápidamente por mi mejilla hasta mis labios. Una sonrisa iluminó mi rostro, que no sabía si estar feliz o triste, si reír o llorar.
Mi amigo Luca tenía razón, sólo con un nombre y apellido alcanzaba: “Joaquín Andrés Arrechavaleta”
3 Pablochis comentaron:
me encanta esta nove!!! escribis re bien de verdad, recien la empece a leer pero me encanto
Ahh!! Por fin Simón ya sabe la verdaaaaaaaaad!!!!
Ahora que se lo cuente a Vale y que hablen con Joaquín!!!
Muero, la familiaaaa lindaaaaa!:D
Saludos!!
me mori!
se dio cuenta al fin!
luca es el padrino no?
qe amor♥
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