"Una Nueva Vida" CAP 37: "No es un adiós" (1º Parte)

miércoles, 29 de septiembre de 2010 2 Pablochis comentaron
HOY les traemos el capítulo 37 de "Una Nueva Vida", la novela de nuestro FansClub Oficial e internacional de Pablochi "Pablochifans".
En el capítulo de hoy, el comienzo del día parece de sueño, pero Simón y Vale son descubiertos en aquella casa abandonada, fuera de la Urbe, por la Guardia Civil. Esto le traerá un grave problema a Simón, el cual se las tendrá que ver con los regaños de Luz, quien le pondrá a Simón un castigo que no podrá soportar, un castigo que tendrá que ser evitado para que más de uno no pague las consecuencias.
Esperamos que lo disfruten y que nos comenten qué les parecio el capítulo.

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CAPÍTULO 37: No es un adiós (1º Parte) [Habla Simón]

Me desperté cuando un escaso rayo de sol chocó contra mi cara. Estaba boca abajo en la cama y las sábanas tapaban un cuarto de mi cuerpo. Mi rostro se veía iluminado por una sonrisa de satisfacción y relajación absoluta, producida por la noche extraordinaria que mi novia y yo habíamos pasado.
Me di la vuelta y luego me desperecé ronroneando como un gato gruñón. Toqué el otro lado de la cama y me percaté de que Vale no estaba allí. Seguro se encontraba en el baño.
Cerré los ojos unos segundos para seguir durmiendo, pero un estruendoso ruido me hizo saltar de la cama, parecía que alguien había roto violentamente la puerta. Me paré despacio y me puse rápidamente mi boxer. Luego escuché un grito ensordecedor de mi novia, y esta vez corrí en su busca lo más rápido que pude.
Llegué a lo más parecido de un baño, y Vale estaba sentada en una esquina, siendo apuntada por más de un guardia civil.
- ¡Geguel bajá el arma carajo! ¡Ella está conmigo! – le grité a mi compañero de guardia.
- ¿Simón qué hacés acá, así y con ella? – me dijo mirando a la rubia y a mí simultáneamente.
- Es un asunto personal, bajá el arma por favor. – Geguel bajó el arma y luego sacó otro aparato.
Le apuntó a mi novia y luego una luz la escaneó por unos segundos. Después, el guardia guardó el artefacto.
- Es Valeria Gutierrez Bleur, del NE, bajen las armas – les dijo a los demás guardias. – Vallan a las camionetas y esperen ahí. – les ordenó. Luego puso su mirada en mí. – Simón, vístanse los dos y vallan a la camioneta, los esperamos, tenés que dar una excusa muy convincente para esto, sabés muy bien que Luz no perdona cosas como éstas – dicho eso, se fue, siguiendo a los demás.
Una vez solos, mi novia se paró de un salto para abrazarme, asustada, procurando que no se le cayeran las sábanas que tapaban su cuerpo desnudo.
Fuimos otra vez a la habitación para cambiarnos. Desde que nos pusimos la primera prenda hasta la última no nos dirigimos ni una sola palabra, reinaba el silencio, hasta que no aguanté más. Corrí hacia ella para tenerla entre mis brazos y besarla con mis labios que suplicaban perdón.
- Perdonáme mi amor, esto es todo mi culpa, no te tuve que haber traído acá, sabía que lo habían fichado después del parto de Amado.
- Ya está, no te culpes, nada ni nadie nos va a arruinar el momento. – me decía tomando mis cachetes.
- Ya lo arruinaron – le contesté apenado.
Geguel llegó en ese momento y nosotros nos separamos al instante.
- Vamos - nos ordenó.
Lo seguimos por detrás hasta una de las camionetas. Él le abrió la puerta a Vale para que entrara y una vez que se sentó, cerró la puerta inmediatamente, impidiéndome el paso.
- ¿Geguel qué hacés? – le pregunté, extrañado.
- Vos vas en la otra, orden de Luz – me contestó con frialdad.
Vale me miró por detrás del vidrio con una cara de tristeza tan extrema que me rompía el corazón. Otro guardia me tomó del brazo y me llevó, peleándome un poco, al interior de la otra camioneta. Se metió conmigo y sin ni siquiera haber cerrado la puerta, ya habíamos arrancado en dirección al NE.
Tardamos unos pocos minutos en llegar hasta nuestra cárcel con incontables lujos.
Cuando bajamos de las camionetas, ya en la entrada del NE, Vale se acercó disimuladamente hacia mí.
- ¿Nos encontramos en la guarida después? – me dijo al oído.
- Sí, esperáme allá. – le contesté muy bajito.
Antes de que se la llevaran a su habitación, nos dimos un beso corto, y luego, la arrancaron de mis brazos.
En cuanto a mí, Geguel me llevó al altillo donde Luz me esperaba sentada en su escritorio, el cual ahora tenía una silla más del otro lado.
- Gracias Geguel, te podés retirar – el guardia se fue, cerrando la puerta de metal con un golpe seco. – Sentáte Simón, por favor. – Me senté en frente de ella. La Jefa cruzó sus piernas y tomó una de sus lapiceras, la cual empezó a mover entre sus dedos mientras posaba fijamente su mirada en mí. – Como sabrás, tu igual ya me comentó lo sucedido con detalles, lo que hiciste y en qué condiciones. Ahora yo te pregunto Simón, ¿Por qué lo hiciste si sabés que no se puede?
- Porque yo soy guardia civil, y si estamos en una situación de peligro, yo se defendernos perfectamente. – le contesté sin mirarla a los ojos.
- No te hablo de eso Simón – me dijo acomodándose en su silla.- ¿Por qué sacaste a una alumna fuera de la urbe? Sabés muy bien que es un delito hacer eso sin un permiso previo.
- Lo sé – le contesté inmediatamente.
- Y si lo sabías, ¿Por qué lo hiciste, además de para estar “a solas” con Valeria? – me quedé callado, tenía muchas cosas para decirle, pero no salió ni una palabra de mi boca - ¿Nada para decir? – me preguntó, pero yo seguí callado, mirando el piso. Se volvió a acomodar apoyando sus codos en el escritorio y suspiró. – Bueno, como sabrás te mereces un castigo por esto, pero como todavía no lo pensé, después se te va a informar. Podés retirarte, estoy muy decepcionada de vos, Simón. – me paré, acomodé la silla y salí del altillo, sin mirarla a los ojos.
Sin perder más tiempo, me escabullí por los túneles, crucé el bosque y llegué a la guarida en un tiempo récord. Fui en busca de mi novia por todo el jardín y luego entré a la casa, donde Teo me paró con un abrazo.
- Simón, recordé, me acordé de todo, Amado me despertó. – me decía sonriente.
- Ah, que bueno. –le dije forzadamente, luego de escanear con la mirada el lugar y ver que mi rubia no estaba.
- ¿Qué te pasa? ¿No te pone contento?
- Sí, pero, ¿Vale está acá?
- No, ni apareció, ¿Por? – no le contesté y tomé mi celular fugazmente para llamar a mi novia, pero no atendió.
- ¿Simón qué pasa? – me preguntó Teo, ya preocupándose.
- Teo, Geguel nos descubrió a Vale y a mí fuera de la Urbe, y Luz me dijo que tenía que prepararme un castigo por sacarla al otro lado del muro, con Vale quedamos en que me esperaba acá, tengo miedo de que le hayan hecho algo. – se quedó mudo ante mi noticia. – Tengo que ir al NE a buscarla, por favor, mantené a todos al tanto del tema por si pueden averiguar algo. – dicho eso salí corriendo fuera de la guarida.
Tardé muy poco en llegar hasta el NE, debido a que me había echado a correr con toda la desesperación que podía llegar a tener. Me crucé a Mar en el pasillo de las habitaciones.
- ¿Mar la viste a Vale? – le pregunté casi sin aliento.
- No, no la vi en todo el día, no estuvo acá. – corrí otra vez dejando a la petiza en el camino hasta llegar a la habitación de las chicas. Abrí el armario y me toqué la frente de la desesperación y el miedo que se apoderó de mí. Su ropa no estaba.
Corrí como un loco nuevamente, empujando todo lo que se me cruzaba en el camino hasta que me topé con Renné en el patio de la residencia.
- ¿Renné dónde carajo está Valeria? – le dije muy enojado, agarrándola del brazo.
- En este momento, la señorita Valeria está en camino al aeropuerto, Luz le ordenó la vuelta a Francia definitivamente, parece que surgió una oportunidad muy importante para ella en su país.
Me tomé la cabeza con las dos manos y la respiración se me comenzó a acelerar. ¿Ese era el castigo que me impuso Luz? ¿Separarme de ella, del amor de mi vida? ¿Acaso no era un castigo para ella en vez de para mí? Sin embargo era para mí, la turra de Luz sabía que no podía vivir sin ella, no podía ponerme castigo peor.
Pero a pesar de todo, la llevarían a Francia por la fuerza, y yo no podía dejar que eso sucediera. A partir de ese momento, ya no me importó más nada, no era momento de decir adiós.



2 Pablochis comentaron:

  • Anónimo dijo...

    Noooooooooooo!!! Qué no se la lleveeeeeeeen!!! Estaba todo tan lindoooo, y ahora se la tenían que llevar??? Corré SImón, traela de vueltaa antes de que agarre ese avión!!!

    Camy110