"Una Nueva Vida" CAP 39: "Como en los viejos tiempos"

HOY les traemos el capítulo 39 de "Una Nueva Vida", la novela de nuestro FansClub Oficial e Internacional de Pablochi "Pablochifans".
En el capítulo de hoy, Simón se da cuenta que por lo sucedido, tanto él como Vale no pueden volver más al NE, deciden ir a la guarida y comunicarle esto a los chicos. Una vez allí, se instalan y Vale se siente como nunca, ya que está retomando la vida que le quitaron y está volviendo a hacer, según Simón, lo que hacían en los viejos tiempos. Además, Vale siente envidia por Teo ya que éste recuperó la memoria, ella se siente frustrada. Simón intentará ayudarla con una sorpresa que maravillará a su amada.
Esperamos que les guste y que nos comenten qué les pareció el capítulo.

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CAPÍTULO 39: Como en los viejos tiempos

Una vez que nuestros labios se separaron, Simón me tomó de la mano.
- Hay que salir ya de acá – me dijo antes de trotar para cruzar toda la pista de aterrizaje, hasta llegar a un alambrado, el cual cruzamos.
Una vez fuera del área del aeropuerto, le solté la mano a mi esposo y me detuve. Luego el hizo lo mismo.
- ¿A dónde vamos mi amor? – le pregunté curiosa.
- Primero alejarnos de acá cuanto antes, después supongo que a la guarida – iba a decir algo pero él se acerco y me cayó con un beso. – Mi amor, ya no podemos vivir en el NE. Vos no podés volver porque te escapaste del avión y desobedeciste las ordenes de luz, y yo porque cuando revisen las cámaras del aeropuerto, van a saber que te ayudé a escapar. Ya no hay vuelta atrás. – Me dijo tomándome de la mejilla – Vamos – me ordenó luego de darme un tierno beso y tomarme la mano para echar a correr.
Tardamos unos cuantos minutos en llegar hasta la guarida, ya que ésta quedaba muy lejos del aeropuerto.
Ni bien salimos de la alcantarilla y pusimos un pie en el jardín de la guarida, Teo ya estaba a nuestro lado, preocupado.
- ¡Vale! ¿Estás bien? ¿Te hicieron algo? – me preguntó preocupado.
- No, estoy bien, pude escapar a tiempo, no pasó nada.
- Al final fue como yo pensé, se la llevó Luz – agregó Simón.
- Me desmayaron y cuando desperté ya estaba adentro de la avioneta – le informé al rubio.
- Con más razón, Kant está en la huerta, vamos para que te revise – me sugirió.
- Como se nota que volviste a ser el de siempre – le bromeó mi novio
- ¿Por qué? – pregunté yo, confusa.
- Recuperé la memoria – me dijo sonriente.
- ¡Que bueno! – le dije mientras lo abrazaba en forma de felicitación - ¿Y cómo se siente?
- Hermoso, estoy muy feliz. Ahora puedo disfrutar de todo y de todos, puedo disfrutar por completo de mi hijo y estar con Melody sin ninguna culpa ni ningún problema.
- Me alegro mucho, enserio.
- Gracias Vale – me dio unas palmaditas en el hombro. – Bueno vayan para adentro que están todos muy preocupados.
Simón y yo entramos en la casa, y aunque no estaba toda la gran familia, nos vinieron a recibir, aliviados por vernos. Se sentía bien saber que hay gente en este mundo que te quiere y se preocupa por vos. Me sentía extraña en ese momento, ya que me había acostumbrado a que estemos todos juntos, sólo estaban Luca, Tefi, Melody, Amado, Teo, Tacho, Thiago, Jhonny, Kant, El profe, Kika, Mar y Nina. La mayoría de los ausentes eran los que pertenecían al NE.
Una vez que nos sentamos en la mesa, les contamos todo lo sucedido.
- ¿Y ahora qué van a hacer? – preguntó Mar, que estaba sentada sobre el regazo de Thiago.
- Ya no podemos volver al NE, así que nos vamos a quedar a vivir acá, como en los viejos tiempos – me sonrió y me besó tiernamente mientras Tefi se enternecía por nuestro acto de amor.
Nos pasamos toda la tarde hablando entre todos, haciendo bromas y chistes, cocinando pan casero, haciendo cerveza, limpiando y decorando la guarida, entre otras cosas, justo como lo hacíamos en los viejos tiempos, según me contó mi esposo. En un momento, al ver mientras Melody y Teo cambiaban a Amado, una angustia bajó por mi pecho. Técnicamente, no era angustia, sino un sentimiento raro, parecido a la envidia. Me levanté de mi asiento y me dirigí al jardín, donde me senté en el pie de la ducha y me puse a investigar esa especie de envidia. Al ratito llegó mi novio y se sentó a mi lado.
- Ey, mi amor, ¿qué te pasa? – me dijo acariciándome tiernamente la mejilla con su dedo pulgar.
- Nada, es que… - hice una pausa- ¿Por qué se despertó Teo y no yo? ¿Cuándo me va a tocar a mí despertarme? Tengo mucha bronca.
- Ya te va a llegar el momento, eso viene de a poco, hasta que un día puff, te llueven los recuerdos todos juntos, se necesita una emoción o un momento muy fuerte parecido a algo fuerte que te halla pasado en tu vida pasada, según me explicó Kant.
- Sí, lo se, pero me mata la ansiedad, no puedo esperar más Simón. – mi amado se quedó unos segundos en silencio y luego sonrió para sí mismo.
- Tengo una idea, tengo que hablar con Luca – me dio un beso y se fue correteando.
- Pero mi amor…
- ¡Te va a gustar! – me gritó desde la puerta de la guarida.
Fui a buscar un poco de espinaca y zanahoria de la huerta y luego la dejé en la cocina para que las chicas empezaran a preparar los alimentos que formarían parte de la cena. Simón ya estaba lookeado de la resistencia, lo que me parecía muy sexy, ya que ahora se podían ver sus brazos musculosos. Él estaba hablando muy secreta y detenidamente con su mejor amigo, Luca.
Me acerqué a las chicas que estaban sentadas jugando con Amadito en la mesa.
- Mel, ¿No me podés prestar un poco de ropa? Ya no quiero vestirme como un robotito. - le expliqué.
- Sí Vale no hay problema, ¿Kika la acompañás?
- Sï, vamos arriba Vale – me tomó de la mano y subimos juntas las escaleras. Allí, en el primer piso, me cambié y me puse la ropa que antes me parecería de salvaje, pero ahora no. Kika estaba mirando por la ventana y luego saltó hacia mí.
- Llegaron los chicos, vamos a recibirlos Vale. – me dijo Feliz, sobre todo porque llegó su “choco”, supuse.
Bajamos la escalera y fuimos al jardín a recibir a los chicos que todavía seguían fingiendo en el NE. Kika se abalanzó sobre Ramiro para besarlo con todo el amor posible. Mientras tanto, yo saludaba a Jazmín, Nacho, León, Hope, entre otros.
Simón llegó hacia donde yo estaba y me apartó del resto, aunque fue en vano, ya que se fueron adentro inmediatamente. Mi novio tenía una expresión muy feliz, me daba gracia.
- ¿Se puede saber por qué estás tan contento? – le pregunté tierna.
- Porque siento que te voy a hacer más feliz. – me contestó.
- No entiendo.
- Bueno, vos me dijiste que lo que más querías en este momento era recordar, y yo te dije que el método más eficaz para eso era cuando vivís un momento feliz parecido a uno que ya viviste en tu vida pasada.
- Sí, pero, ¿Qué tiene eso?
- Si es que ese momento fue muy emotivo para vos, estaría bueno repetirlo, podría ser que funcione.
- ¿Nosotros lo hicimos en la otra vida también?
- No – rió – pero no hablo de eso.
- ¿Y entonces de qué Simón? – me tomó la mano.
- Vale… - hizo una pausa y se arrodilló, luego me tomó las dos manos- ¿Te querés casar conmigo? ¿Otra vez?
De pronto la mente se me puso en blanco y una proyección invadió mi cabeza. Sentí que fui sonriendo de a poco, y pasaron unos cuantos segundos hasta que pude darme cuenta que estaba teniendo un recuerdo, estaba recordando el momento en que Simón, ayudado por los chicos, me pidió casamiento.

(Ver recuerdo de Vale en Link http://www.youtube.com/watch?v=TNS1sp1cuXI )

Simón chasqueó sus dedos a centímetros de mi cara y volví en sí.
- ¿Te sentís bien? – me preguntó preocupado.
- Mi amor, tuve otro recuerdo, me acordé cuando me propusiste casamiento. Estabas cantando, los chicos bailando, me decías que peleaste con dragones, que… - me tapó la boca con un apasionado beso que me hizo cerrar con broche de oro ese hermoso momento. Me separé de él un momento.
- Sí – le dije acariciando su pelo y luego tomándolo de las mejillas.
- ¿Sí qué?
- Sí, me quiero casar con vos mi amor, lo haría todas las veces que quieras, sin dudarlo ni un segundo.
Simón me apretó fuerte contra su cuerpo y me derritió con un acalorado beso que me hizo desear cada vez más que llegara aquel momento en el que él y yo nos uniríamos hasta que la muerte nos separe, otra vez, como en los viejos tiempos.