"Una Nueva Vida" CAP 46: "La Boda" (1º Parte)

martes, 4 de enero de 2011 5 Pablochis comentaron
Faltan 4 capítulos para el final de la primera etapa.

HOY les traemos el capítulo 46 de "Una Nueva Vida", la novela de nuestro FansClub Oficial e Internacional de Pablochi "Pablochifans".
En el capítulo de hoy, por fin llegó el gran día: Simón & Valeria se casarán nuevamente. Una nueva advertencia llegó de parte de Luz, pero eso no opacó para nada las horas previas a la Boda. Tefi y Melody ayudarán a Vale a prepararse para ésta, mientras Simón, afuera del ex NE, ultima detalles dejando a Vale al margen de todo para que sea una sorpresa. Llegado el momento, las chicas junto con la novia llegan al sitio de donde ella partirá con el padrino hacia el altar. Momento emotivo para todos, las chicas se sienten más unidas que nunca y Vale agradece por ello. Thiago llega con el ramo y sin más preámbulos, parten hacia el altar.
Esperamos que disfruten de esta primera parte de este tan esperado capítulo, y que se queden con ganas de leer la segunda parte en donde continúa y se desempeña la boda misma, además de lo que vendrá después.
Esperamos que les guste y que nos dejen un comentario.

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CAPITULO 46: La Boda [Primera Parte]

La luz del sol entró por las rendijas de la persiana de la habitación y pegaron en mi cara esa mañana tan especial. La noche anterior me había acostado muy tarde ya que todas las chicas nos habíamos quedado hablando en un improvisado pijama party, aunque no estemos celebrando ningún cumpleaños, sí mi segundo casamiento, esta vez “como se debe”, como me había dicho Simón en una ocasión.
Estaba durmiendo boca abajo, sin ninguna intención de levantarme, pero solo me limité a hacerlo para ver si las chicas seguían durmiendo: negativo, todas las camas estaban vacías y tendidas. No me importó, estaba muy cansada como para ponerme a pensar en dónde estarían, así que intenté dormir otra vez. Luego escuché el sonido de la puerta, pero el sueño y el cansancio hicieron que no mueva un músculo y que no le diera importancia. Pero unos segundos después comencé a escuchar voces cómplices, lo que hizo que comenzara a extrañarme la situación.
Ni bien me levanté y me di la vuelta, muchos cuerpos se abalanzaron sobre mí dándome unos traviesos almohadonazos. Tardé unos instantes en despertarme por completo y darme cuenta de que eran las chicas las que me estaban convirtiendo en el objetivo de aquella guerra, se trataba de Mar, Jaz, Melody y Tefi.
- ¡Vamos gata! A levantarse que hoy es tu día. – dijo felizmente Jazmín destapándome.
- Hoy tenés que ser una reina, y por eso acá estamos. Él también te quiere saludar – me dijo Mel entregándome a Amado, el cuál acomodé entre mis piernas.
- Y para empezar, un buen desayuno hecho por tu mejor amiga – me dijo Mar poniendo una bandeja con comida en la mesita de luz.
- ¿Qué decís? Yo soy su mejor amiga – se quejó Jaz. Para evitar una de las típicas discusiones, calmé las aguas:
- Chicas, no se peleen, todas ustedes son mis mejores amigas, se sabe. – y las cuatro se acercaron a abrazarme, tratando de no asfixiar a Amadito.
- Bueno tumbera, avisános cuando termines de desayunar así Melchu y yo empezamos con tu fashion emergency – dijo Tefi revoleando sus manos de un lado a otro. – Nosotras te dejamos tranquila y nos vamos a espiar cómo los chicos despiertan a Simón.
- ¿Qué le van a hacer? – pregunté
- Y, algo parecido a lo que te hicimos a vos, pero conociendo a los chicos, es algo más bruto – dijo Mar antes de que las otras me contestaran primero.
- Yo quiero ver eso – les dije, y las cinco, junto con Amado en brazos de Mel, nos asomamos por la puerta sin hacer mucho ruido.
Luca, Thiago, Nacho y Joaquín estaban a centímetros de la cama de Simón con una caja llena de botellas de plástico que contenían leche y con unas bolsitas con cacao en polvo en su interior. Todos los chicos estaban vestidos sólo con el boxer, como suelen dormir. Thiago estaba con las manos en las sábanas, y los demás con una botella de leche y una bolsa de cacao en cada mano. Joaquín dijo “día” muy suavemente para que las luces se encendieran. Al grito de “casado” de Nacho, Thiago destapó a Simón y todos comenzaron a tirarle la leche y el cacao. Definitivamente, era un desayuno distinto al que me habían preparado a mí las chicas. Simón se sobresalto y se asustó, pero cuando logró despertarse, su sonrisa fue la más ancha del mundo, Tomó una botella de leche y empezó a contraatacar. Era una escena muy divertida de ver, parecían salvajes, ya que estaban dejando todo hecho un desastre y gritaban “casado” cada dos segundos.
Luego de unos minutos, los dejamos tranquilos para que terminaran de “jugar”: las chicas se fueron y yo me fui a la habitación a desayunar.
Al mediodía, luego de almorzar, Thiago nos informó que el aro de agua que tenía que rodear la Urbe y el primer puente ya estaban terminados, y también que recibió otra advertencia, esta vez diciendo que faltaban 4 días para lo que supuestamente sería una catástrofe”, pero luego se acercó y me aseguró que nada iba a arruinar mi día, esas palabras eran las que necesitaba.
Quise acercarme por la ventana para ver los preparativos de la boda, sólo pude ver muchas sillas y flores blancas por todos lados hasta que Tefi y Mel llegaron y me tomaron de los hombros.
- No, no podés ver nada, orden de tu novio, que también es tu esposo pero que lo va a ser otra vez sin haberse divorciado. Ay, ¡que complicado che! – dijo Tefi muy sufrida como de costumbre. – Bueno, vamos a prepararte, hay mucho que hacer.
Melody y Tefi me llevaron hasta el altillo que estaba exclusivamente reservado para mí esa tarde. Me sentaron en una silla al frente de un espejo que empezaba en el piso y terminaba por arriba de mi cabeza. Tefi comenzó a peinarme y a formar unos hermosos rulos mientras Melody me maquillaba en tonos rosas y lilas.
Estuvimos unas cuantas horas juntas, probando zapatos, tiaras, joyas, brazaletes,  hasta que terminaron con lo que era mi cabeza. Quedé fascinada por lo que habían hecho en mí, realmente tenían talento. Hasta el momento todo estaba tranquilo, hasta que Tefi dijo con la histeria de siempre:
- ¡Tumbera! ¡Ponéte el vestido que el tiempo se pasó volando! ¡Nos queda una hora!
El corazón me saltó con ese comentario. Las chicas se fueron a cambiar (sólo a cambiar ya que se habían maquillado y peinado junto a mí) mientras yo me probaba el vestido. Cuando llegaron, me apuraron para que me pusiera los zapatos y para que bajáramos hasta la gran carpa que me habían armado cerca de donde era la ceremonia para que yo salga al altar desde ahí. Las chicas me apuraron cada vez más a tal punto que casi me caigo con el vestido, la causa de su prisa radicaba en que me tenían que dar los últimos toques y ponerme lo que me faltaba en la gran carpa.
Llegué allí junto con ellas casi de incógnita, ya que nadie podía verme antes de la boda.
Me sentaron nuevamente en una silla para darme los últimos toques en el pelo, al maquillaje, pintarme las uñas, ponerme los anillos, las pulseras, la tiara y demás adornos. Cuando terminaron, me pararon de sopetón, me tiraron perfume, uno muy rico, y Melody me puso los aros.
- Bueno gor, faltan 5 minutos, ¿tenés los objetos de la tradición? – me dijo Tefi acelerada.
- ¿Qué objetos? – le dije confundida
- ¿¡Hay pero que nunca viste películas!? ¡Los objetos! Algo nuevo, algo viejo, algo prestado y algo azul.
- Ah, eso. Bueno, algo nuevo, mi vestido, algo viejo, el anillo de mi otro casamiento, y después…
- Algo azul y prestado ya lo tenés – Dijo Jazmín entrando a la carpa delante de Mar, las dos vestidas de blanco, esa era la consigna de la boda: todos los invitados y todos los presentes en la boda debían estar vestidos de blanco, otra orden de Simón.
- Estas pulseras azules son de Jaz y mía, nuestras pulseras de la amistad, y hoy te las queremos prestar a vos, Vale, en tu día, porque sabemos que las vas a cuidar como nadie. – Dijo Mar, me las entregó y me puse las dos en la muñeca derecha.
- Gracias a todas chicas, son muy importantes en mi vida, enserio – Y con eso terminamos el momento con un hermoso abrazo.
- Bueno, te dejamos porque ya en menos de dos minutos va a empezar la boda Vale – dijo Mel.
- Si, y ahora tiene que venir mi pela para llevarte hasta el altar. Gracias Vale, Thiago está muy contento de que de los padrinos lo hayan elegido a él para esto, gracias, enserio.
- De nada Mar, se lo merece. – dicho eso me dieron un último abrazo y se fueron. Me paré detrás de la abertura de la carpa, muy nerviosa, y a los pocos segundos llegó Thiago, cargando esa sonrisita compradora que a todos nos encanta.
- Jaz te lo manda, casi se olvidan – dijo entregándome el ramo.
- Yo no, sentía que lo ibas a traer vos – le dije y los dos soltamos una risa juguetona.
Thiago me ofreció su brazo para que yo lo tomara y así lo hice. Esperamos no más de diez segundos y luego la abertura de a carpa se abrió, dejando lucir una cantidad enorme de gente vestida de blanco que se paraba de su asiento mirando en nuestra dirección mientras aplaudía. Dirigí inmediatamente mi mirada hacia el fondo, donde Simón me miraba, por lo que yo conocía, con pasión, teniendo de fondo el atardecer anaranjado, otra de las condiciones de Simón para que todo fuese perfecto.
Cruzamos miradas con Thiago, nos sonreímos y comenzamos a dar nuestros primeros pasos por aquella alfombra violeta que me separaba de la persona con la cual me uniría de por vida una vez más.

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